Esta agenda agroalimentaria, como instrumento de consenso publico y político, sumaría el concurso de las organizaciones campesinas, federaciones de agricultores y ganaderos, empresas agroindustriales, la banca, juventud rural, mujer rural, los pueblos autóctonos negros e indígenas, gobierno, cooperación internacional y la academia. La agenda agroalimentaria es necesaria ya que nadie tiene la verdad sobre los problemas que se enfrentan y las alternativas de solución a los mismos; solo el consenso y la priorización de los problemas en la agenda puede ayudar a ceder entre posiciones demagógicas y estériles que sustentan algunos de los actores.
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